Caballero Calderón, Eduardo
A mediados de 1974 cambié de casa, y al arreglar mi biblioteca y revisar cuadernos y cartapacios llenos de papeles, descubrí los borradores inconclusos de esta novela que ahora se publica. Revisé y ordené mi material, reforcé y amplié ciertas partes, agregué muchas otras y redacté el final que a la sazón veía con una perfecta claridad por ser absolutamente necesario. No quise enmendar nada de lo que había escrito, ni siquiera escenas, frases y páginas que recuerdan insistentemente, como lo he dicho, libros publicados antes que este pero escritos mucho tiempo después.