Sommer-Bodenburg, Angela
Las vacaciones en la granja no prometen ser muy emocionantes para Anton. El pequeño vampiro está escondido en los alrededores, bastante incómodo entre gallinas y cerdos. Puede alimentarse solamente de huevos, perforándolos por la noche con los colmillos y bebiéndose el líquido. Esto, por supuesto, es advertido por la granjera, que culpa a Anton de la supuesta gamberrada. Más tarde, Rüdiger se harta de comer huevos y quiere sangre humana, Anton tiene que ayudarle en la búsqueda de una víctima. Sin embargo sucede que el pequeño vampiro cae precisamente en la casa de un experto en vampiros, y sólo gracias al esfuerzo y astucia de Anton puede escapar.