Peters, Ellis
Año 1145, el equilibrio de fuerzas entre el rey Esteban y la emperatriz Matilde pone de manifiesto la necesidad de buscar una solución negociada al conflicto que los enfrenta. Para ello se convoca una reunión en Coventry el último día de Noviembre. Fray Cadfael pide licencia a su abad, Radulfo, para asistir a ella. No por interés político, que no lotiene, sino humano, encontrar a un joven caballero, Oliveros de Bretaña, que cayó prisionero de las tropas de Esteban cuando se le rindió el castillo de Faringdon. Y es que Oliveros de Bretaña es el hijo de Cadfael. En Coventry, para su decepción, el monje no logra descubrir el rastro de su hijo, pero sí algo preocupante: que no todo el mundo está a favor de la paz, que existen poderosas fuerzas que se benefician del sufrimiento de muchos, que un aura de reprimida violencia preside las reuniones.