Cherryh, C. J.
Cyteen es el paraíso para un biólogo. Posee dos continentes muy distintos entre si, y no había población indígena inteligente cuando se llegó allí hace más de 200 años. Con la construcción de grandes bolsas de atmósfera respirable, los humanos fueron creando ciudades, caminos, industrias y Reseune… Reseune son una serie de laboratorios genéticos dedicados a criar seres humanos tan rápido como podían sacarlos de los tanques-úteros. Cada generación, más capaz y preparada, permitía rellenar de humanos los lugares vacíos, construir nuevas estaciones y colonizar nuevos mundos. Se producían soldados, camareros, dependientes, soldadores, todo lo que se necesitara; eran los azi, los seres humanos creados artificialmente. Eso era Reseune, eso era su poder. Y frente a todo eso estaba Ari Emory (El Hari Seldon de Cherryh según Miquel Barceló, aunque yo no comparto esta idea: Ari quiere perpetuarse físicamente, Sheldon psicológicamente ;)) Administradora de Reseune, ocupante del Sillón de Ciencias en el Concejo de los Nueve y Especial. Ari era una mujer con un poder inmenso, que podía poner en jaque el mismísimo Tratado de Pell; sin embargo, era una mujer acuciada por el paso del tiempo. Ya había pasado por el rejuv y no sabía si podía llegar a los 140 años. Era su esperanza, había tantas cosas que hacer: estaba el proyecto Hope para construir una estación en el espacio profundo, había que lidiar hábilmente para que Reseune siguiera manteniendo el sillón de Ciencias y estaba su proyecto más ambicioso: su hija, su propia hija. Una continuación de su propio ser, alguien en quien confiar para desarrollar sus ideas más allá de una vida. Ari nunca pudo imaginarse que su vida finalizaría bruscamente antes de ver a su hija salir de las incubadoras.