Simenon, Georges
Emile Ducrau ha estado a punto de morir ahogado ¿Se trata de un simple accidente o de un intento de asesinato? En los muelles de Charenton, entre escluseros y marineros, el comisario Maigret se siente de buen humor: los primeros días de abril son magnífico, y además le atrae la personalidad de Ducrau. Éste dueño de un imperio de gabarras y del transporte fluvial del Sena, es un hombre truculento, cínico al parecer, también sincero. Maigret y Ducrau -grande y corpulento como el comisario- tendrán que medir sus fuerzas hasta que finalice la investigación