Ende, Michael
Existen cosas tan sorprendentes y maravillosas en este libro, que una persona mayor difícilmente podría comprenderlas si un niño no se las explicara. Un maquinista de tren llamado Lucas vive junto a su locomotora Emma en Lummerland en un país extraordinariamente pequeño (que además es una isla), ya que en él conviven un rey llamado Alfonso Doce-menos-cuarto, un hombre llamado Manga que siempre está paseando con un sombrero hongo en la cabeza y un paraguas cerrado bajo el brazo, así como una mujer grande y gorda con las mejillas rojas como una manzana llamada señora Quée. Todas estas personas viven en este país que, dice Ende, es más o menos el doble de grande que nuestra vivienda y está ocupado en su mayor parte por una montaña con dos picos, uno alto y el otro más bajo. De repente un día llega un gran paquete en un barco correo con una dirección muy extraña y al abrirlo aparece un niño, un niño negro al que ponen por nombre Jim. Con el tiempo Jim se va haciendo mayor y, claro, ¡¡el país es muy pequeño! Vaya problema para el rey, que llama a Lucas y le dice que tendrán que desprenderse de Emma, la locomotora. El maquinista cabizbajo se retira y decide que si tiene que irse ella ál también lo hará. Para Jim su mejor amigo es Lucas y no quiere dejarle, por lo que resuelto le dice que él también se va con ellos. A partir de este momento estos tres personajes, Jim Boton, Lucas el maquinista, y la locomotora Emma empiezan a vivir las más extraordinarias aventuras.