Simenon, Georges
Un encuentro casual en el compartimento de un tren basta para que el protagonista de «El tren de Venecia» pierda el control de su vida. Y es que en esta novela, una de las más brillantes de Simenon, el autor reflexiona acerca de uno de sus temas predilectos: la vulnerabilidad de los seres humanos ante un imprevisto que pone súbitamente de manifiesto la precariedad de nuestro equilibrio y los vicios ocultos que corroen los pilares sobre los que se asienta nuestra existencia.
Acabadas sus vacaciones veraniegas, Justin Calmar se despide de su mujer y sus hijos, que han decidido prolongar unos días su estancia en Venecia. Nada más subirse al tren, Calmar, un hombre sencillo, traba relación con un misterioso individuo que no tardará en encomendarle un encargo aparentemente muy simple: tras entregarle la llave de una taquilla de cierta estación de tren, le ruega que lleve lo que encuentre en la taquilla a una dirección. ¿Cómo iba a imaginar Calmar que el desconocido, de quien ignora incluso el nombre y la nacionalidad, desaparecería poco después sin dejar más rastro que la llave que le ha confiado? Ésa será la primera de las vertiginosas sorpresas que aguardan a Calmar, cuya vida dará tal vuelco que, pocos días después, cuando su familia regrese a París, ya nada será igual que antes. Es como si, por un efecto perverso, su inesperado encuentro en el tren hubiera dejado al descubierto los costurones de una vida que cada vez le resultará más insatisfactoria.