Rendell, Ruth
Un mechero de oro de dieciocho quilates adornado con una preciosa labor de orfebrería: ésa era la única pista que tenía el inspector jefe Wexford para investigar la desaparición de Ann Margolis. En su base tenía inscritas las palabras «Para Ann que alumbra mi vida». Pero poca luz había aportado al caso. Y poco también se obtuvo del único familiar, Rupert Margolis, el hermano de la joven, que vivía inmerso en su mundo artístico. Los Margolis se habían instalado en Kingsmarkham. Hacía un año que Ann llevaba las riendas de aquel hogar peculiar. Era una joven atractiva, independiente y práctica. También la beneficiaria de una renta que su padre le dejó en herencia. La noche que desapareció llevaba en su bolso quinientas libras. No llegó ala fiesta donde la esperaban. Su coche deportivo estaba en el jardín de Quince Cottage. Y no había dejado ninguna nota a su hermano.