Fernández, Alina
A los diez años, Alina Fernández supo por fin, de labios de su madre, que su padre era Fidel Castro. Hasta entonces Alina aceptaba sin extrañeza las visitas y los regalos del líder de la revolución, sin imaginar siquiera cuál era el estrecho vínculo que les unía. En este libro, que recoge sus experiencias hasta el momento del exilio, destacan los maravillosos retratos de dos personalidades muy especiales, Fidel, que se olvida a menudo de ella pero que ejerce su autoridad de la forma más pura, y Naty, la madre, la burguesa que se hace revolucionaria por amor. Es también, una visión singular de la experiencia cubana, captada desde un ßngulo nuevo que destaca por su firmeza irónica. Sin embargo, en sus memorias Alina Fernández no ha querido ajustar cuentas con su padre ni con su madre, ni tampoco hacer un panfleto contra el régimen castrista, sino dar cuenta de una historia personal erizada de conflictos con sus progenitores, con el sistema político cubano y consigo misma. Un documento extraordinario, el testimonio de una vida compleja y llena de dificultades para una mujer cubana de la era de la revolución, y la revelación de una escritora con un estilo muy personal, lleno de inteligencia, sentido del humor y una singular capacidad narrativa.