García Yebra, Tomás
El misántropo y mordaz periodista Mariano Larra y el intrépido y seductor fotógrafo Fran Kapa serán los testigos y a la vez los únicos sospechosos de unos inexplicables asesinatos mientras realizan un reportaje sobre una exposición de Velázquez en el Museo del Prado. Estos dos anacrónicos y atrabiliarios personajes, junto con otros cuatro —un guasón estudiante de robótica, una extravagante danesa admiradora de cuadros sobre enanos, un escritor empedernidamente romántico y el oportunista director del dominical Todos Encantados—, se verán envueltos en una trepidante investigación que les llevará, en su búsqueda de la verdad, hasta las entrañas del propio museo y de sus insondables misterios. En esta novela que rezuma literatura, arte y humor en cada una de sus páginas (al tiempo que cumple con los cánones de toda buena novela de suspense), Tomás García Yebra descoyunta un mundo en el que se quiebra el tiempo y donde se desdibujan las fronteras entre la realidad y la ficción. Pero sobre todo, debajo de la sonrisa y las carcajadas que producen Los crímenes del Museo del Prado —novela paródica y esperpéntica nada al uso y políticamente más que incorrecta— se esconde una honda reflexión sobre la banalidad del hombre, su ambición desmedida, la finalidad de toda obra literaria, la omnipresente cultura de la imagen y esa gangrena que es el periodismo sensacionalista.