Lozano Leyva, Manuel
Mediado el siglo XVIII, la Corona española se está rehaciendo de un largo periodo de decadencia. El marqués de la Ensenada intenta impulsar las reformas necesarias para modernizar el reino, pero los intereses creados son grandes y los enemigos de la Ilustración, tanto internos como externos, numerosos. Las minas de Almadén, donde se produce el mercurio imprescindible para la extracción de la plata de las minas de Potosí y Nueva España, son objeto de un continuo sabotaje que pone seriamente en peligro esta fuente de ingresos esencial para los planes de Ensenada. Don Alvaro de Soler, comisionado real, es enviado a indagar el paradero del último informe sobre esas minas de azogue y la muerte de su autor, don Miguel de Iriarte, víctima de una confusa reyerta callejera. Sin embargo, no bien llega a Sevilla, Soler cae en la cuenta de que nada es lo que parece. Iriarte había llevado una doble vida en la ciudad, el alguacil mayor de Sevilla no parece muy interesado en el caso y la aristocracia hispalense se muestra desdeñosa con el recién llegado de la Corte. Así pues, don Alvaro emprende sus pesquisas con el tesón y la lucidez que lo caracterizan, y lo que descubre al final dejará boquiabierto al más sagaz de los lectores. Además de una ingeniosísima trama de conclusión impredecible, El enviado, del rey ofrece un vivido retrato de la sociedad sevillana en la época en que Cádiz se está convirtiendo en la nueva capital del imperio colonial. Nobles, inquisidores, prostitutas, espías extranjeros y rufianes mueven sus piezas en un colorido e intrigante mosaico que no difiere mucho de los tejemanejes del poder en tiempos actuales.