Thomas, Gordon
En el mismo momento en que el 11 de septiembre del año 2001 el World Trade Center y el Pentágono eran atacados por terroristas musulmanes, un avión del Ejército Popular de Liberación chino procedente de Pekín aterrizaba en Kabul. La delegación china, la más importante que los talibanes habían recibido jamás, tenía por objetivo firmar un contrato, auspiciado por el propio Osama ben Laden, que dotaría a los talibanes de misiles y de sistemas de defensa antiaéreos. A cambio, los chinos obtendrían de los talibanes la promesa de terminar con los ataques de extremistas musulmanes en las regiones de la China noroccidental. Unas pocas horas más tarde, George Tenet, director de la CIA, recibía un mensaje del cuartel general del Mossad de Tel Aviv codificado como «alerta roja» sobre la posibilidad de que China utilizara a Ben Laden para atacar Estados Unidos.