Bradbury, Ray
Venice, California. Años 40. El cuerpo de un anciano aparece muerto en circunstancias extrañas: flotando en el agua, dentro de una jaula de leones. Este es el punto de partida que toma Ray Bradbury para escribir toda una novela negra, desde su particular y siempre atrayente forma de narrar. Y, desde luego, teniendo en siempre en mente la idea de hacer un homenaje a la novela noir y al cine de la época. Porque esta obra tiene mucho de homenaje. De homenaje a los personajes, las atmósferas y las tramas de la noir. Y de homenaje al cine noir de los 40 y al mudo de los 20. De homenaje a la música: a Tosca, La Bohème, Carmen, Madame Butterfly, La Traviata… a Puccini, Verdi, Bizet, Mozart, Bach… Incluso de homenaje a sus propios trabajos, en ocasiones, ya que el protagonista es un autor de relatos de fantasía que publica cuando puede en revistas del género, que se encuentra atascado con su novela y que aprovechará los sucesos que investigan para salir del bloqueo en el que se encuentra como escritor. Es un personaje que, por sí mismo, recuerda muchas veces al propio Bradbury en sus inicios y que menciona relatos concretos escritos por él mismo y que quien conozca su obra podrá reconocer.