Orozco Guerrero, Antonio
Tras la expulsión de todos los religiosos de los conventos de Cádiz, en agosto de 1835, aparece, junto a los muros de la catedral, un hombre atado a una silla y azotado. Lleva un sambenito y una coroza. Todo parece indicar que alguien ha creado un tribunal eclesiástico clandestino. Días después, el azotado aparece colgado en su casa. El Tribunal Negro ha dejado una nota que augura más muertes. ¿Existe realmente ese tribunal? ¿Quién lo ha organizado? ¿Por qué? Son preguntas que el jefe de policía Melitón Rechi y su agente Cándido Molina, junto a su amigo el beneficiado de la catedral José Lebrón, se hacen sin obtener respuesta, porque, cada vez que parecen acercarse a la verdad, esta se les escapa entre las manos. Y el Tribunal Negro puede volver a matar.