Orozco Guerrero, Antonio
Mi nombre es José Raposo. Siendo un crío me fui a guardar cabras con Perico el Cojo. Luego, trabajé como jornalero en el cortijo de los Gálvez. Hasta que los dos hijos pequeños del patrón violaron a mi hermana Juana. Ellos pagaron su culpa y yo la mía: Los maté y a mí me condenaron a cadena perpetua. Fueron años terribles. Ahora que lo pienso, no bebía para olvidarme de todo, sino para acabar con aquella pesadilla. Un día, apareció por el penal una persona excepcional que me hizo ver que yo podía ser un buen hombre. Comprendí que para ser alguien como los demás tenía que huir de allí. Cuando lo hice, supe que mi hermana había tenido un hijo y que la familia de los violadores se lo quitó a la fuerza. Me encontré con la niña que había jugado conmigo de pequeño, y me asombré al comprobar que ya era una mujer. Y me escondí en una guarida, como hacen los animales que llevan por nombre mi apellido. Los carabineros siguen mi rastro; los Gálvez han mandado a Publio Cano, un cazador de recompensas, para que me mate. Pero también tengo amigos que me ayudan, No me voy a dejar coger. Si salgo de mi escondrijo, será con los pies por delante o como un hombre libre. Pero eso es imposible... ¿O no?