Rubio Calatayud, Adela
Pedro III es uno de los reyes más interesantes de la historia de Aragón. El apelativo de “Grande” lo ganó al haber expandido la Corona por el Mediterráneo, consiguiendo que fuera temida y respetada en Europa. Además de político sagaz, fue fundamentalmente un hombre de acción, valiente y arriesgado. A lo largo de su vida persiguió el bien del reino y la defensa de la dignidad real. Prácticamente vivió a lomos de su caballo, combatiendo allí donde era necesario. Participó junto a su padre, Jaime I el Conquistador, en la campaña contra los condes rebeldes, en la conquista de Murcia y en el sitio de Valencia, donde los sarracenos se habían sublevado. Su matrimonio con Constanza Staufen le vinculó a la Casa de Sicilia, lo que le granjeó la enemistad de Francia y del pontificado. Fue gibelino, adalid contra la tiranía de los Anjou y libertador de Sicilia, a cuyo frente dejó a su esposa como símbolo de la restauración de la dinastía. Derrotó a las tropas francesas que habían invadido los reinos de Aragón amparadas en una bula papal que le desposeía de sus territorios. Desafortunadamente, la enfermedad terminó con su vida tras ocho años de fructífero reinado. Su vida aventurera y heroica ha servido de base a esta sugestiva novela.