Gombrowicz, Witold
Fuks y Witold han salido de sus casas, acaso huyendo, acaso, como dicen, para pasar las vacaciones en el campo fuera de Varsovia, lejos de sus familias y sus preocupaciones. Buscando una casa, en un árbol junto a la carretera, encontrarán a un gorrión colgado. Les impresiona la crueldad de tal acto. Metros más allá encuentran aposento en una casa donde todo parecerá que les conduce al gorrión colgado.