Moorcock, Michael
Sabemos ahora cómo Dorian Hawkmoon, el último duque de Colonia, se desembarazó del poder de la Joya Negra y salvó a la ciudad de Hamadán de ser conquistada por el Imperio Oscuro de Granbretan. Su archienemigo, el barón Meliadus. había sido derrotado. Hawkmoon se puso de nuevo en marcha hacia el oeste, en dirección hacia la sitiada Camarga, donde le esperaba su amada Yisselda, la hija del conde Brass. Junto con su compañero inseparable, Oladahn, hombre-bestia de las Montañas Búlgaras, Hawkmoon cabalgó desde Persia hasta el mar de Chipre y el puerto de Tarabulus, donde confiaban en encontrar un buque con una tripulación lo bastante valiente como para llevarles a ambos de regreso a Camarga. Pero se perdieron en el desierto sirio y estuvieron a punto de morir de sed y agotamiento antes de divisar las pacíficas ruinas de Soryandum, situadas al pie de una cadena de verdes colinas sobre las que pastaba el ganado salvaje... Mientras tanto, en Europa, el Imperio Oscuro extendía su terrible gobierno, mientras el Bastón Rúnico palpitaba en otras partes, ejerciendo su influencia sobre miles de kilómetros, implicando con ello los destinos de unos pocos seres humanos de caracteres y ambiciones muy distintos...