Verzele, Maurice
Para el científico belga, el saber que puede poner fin a su vida, sin degradarse ni sufrir en sus últimos momentos, le da paz cómo poder hacerlo le da seguridad, y confianza saber que está preparado. Y saber todo esto, dice Maurice, le devuelve la alegría de vivir.Esta lejos de la intención del autor, un hombre vital u optimista, el incitar a nadie a quitarse la vida. En el libro insiste que los jóvenes no tienen derecho al suicidio y sólo se dirige a los ancianos y enfermos terminales, que deseen una muerte serena, para que la degeneración física o psíquica no sea una fatalidad ineludible.La falsa moral y las legalidades vigentes están poniendo trabas en algunos países a la adición y difusión de libros cómo éste. Valga esta publicación como ayuda al triunfo del sentido comun