Simenon, Georges
En contra de aquellos que todavía se resistían a reconocer en Georges Simenon a todo un escritor y lo arrinconaban obstinada y despectivamente entre los autores de polars, él declaró en 1963 en una entrevista televisada: «No hay novelas policiacas y novelas-novelas, hay buenas novelas y las demás». Pues bien, a quienes hoy todavía le opongan la misma resistencia que sus críticos de hace treinta años les recomendamos Los anillos de la memoria.Pues sólo un novelista de la talla de Simenon es capaz de escribir una de sus mejores novelas, y una de las más largas, acerca de un hombre solo en una habitación de hospital, semiinmovilizado y enmudecido a causa de una hemiplejia. Convendrán que mantener al lector en vilo a lo largo de casi trescientas páginas al pie de la cama de un hemipléjico es algo bastante más que un alarde: es puro talento.Ren Maugras, director de un importante periódico y varios semanarios parisienses, es un hombre poderoso, temido, adulado y mimado por todos. Un día cae víctima de una trombosis cerebral y el más célebre neurólogo de la capital le traslada, para tenerlo más a mano, a una escuálida habitación del hospital de Bicître. Inmóvil y mudo, apenas puede comunicarse por signos con médicos y enfermeras, con su mujer, Lina, mucho más joven que él y ¡tan desvalida!, sus colaboradores, parientes y amigos, que le traen el soplo del mundo exterior, ahora tan lejano e incluso tan ajeno. La soledad de Maugra