Taboada, Manuel
Cuco es la historia de un hombre y un pingüino. Arturo era un botero, un hombre del río y su trabajo era transbordar a sus clientes de un lado del río al lado opuesto. Arturo vivía y trabajaba en Valdivia, Chile, una ciudad poco conocida a nivel mundial, incluso, poco conocida en Chile, y considerada de estar al extremo sur del país y fuera de la ruta principal. El río que cruzaba un sinfín de veces todos los días era justamente el Río Valdivia, el río más grande de la zona y, uno que pocos kilómetros más abajo desembocaba en el mar. Arturo tenía más de ochenta arriba, y remar era lo que había hecho toda su vida. A él le encantaba su trabajo, su río, y nunca quiso ni pretendió hacer otra cosa. Un día al amanecer vio lo que pensaba era una bota, o un zapato flotando en el agua y algo hizo que estirara la mano, lo agarrara, y lo aventara adentro del bote. La cosa resultó no ser un tipo de calzado, pero un pingüino, y no cualquier pingüino, pero un Pingüino de Magallanes que estaba ya en sus últimas, y por lo visto, ya vencido y resignado a su destino.