Gonzalez Rubio, José
1940. Un submarino alemán que navega por el sur de la isla de Gran Canaria expulsa un objeto cilíndrico por uno de sus tubos lanzatorpedos al verse acosado por un bombardero aliado. Aunque consigue escapar, deja atrás y enterrado en el lecho marino un descubrimiento de incalculable valor. Santiago de Chile. Tres cuartos de siglo después, Héctor Hoffmann, un abogado de origen judío, se encuentra en la ópera con un hombre que cree reconocer: Un famoso criminal de guerra nazi conocido como “Doctor Muerte”, que se daba por muerto desde hacía décadas. Hoffmann sólo puede concluir que se trata de una descomunal coincidencia ya que, aun aceptando que el “Doctor Muerte” pudiera seguir vivo, en absoluto podría tratarse de la misma persona. La razón es muy simple: De ser él, aquel nazi debería sobrepasar los cien años y ese hombre apenas aparentaba unos cincuenta. Paula Sander y David Torres, una pareja aficionada al submarinismo, tropieza en aguas de Las Canarias con el objeto lanzado por el U-boot alemán. En su interior hallan un diario fechado en la Antártida en 1940 y que da cuenta del excepcional descubrimiento hecho allí por un científico. Desde Santiago de Chile a Las Canarias, los protagonistas se ven arrastrados por un demencial vórtice en cuyo centro se encuentra una incalculable recompensa conocida como Jungbrunnen, Fuente de Juventud. Un premio que acerca a la Humanidad al mito de la inmortalidad y que, además del pequeño círculo nazi que se considera su legítimo dueño, también persiguen la CIA estadounidense y el Mossad israelí.