Freire, Espido
Comenzaba el verano de 1997 cuando un centenar de ideas malvadas, 99 ramalazos breves, cristalizaron en cuentos de apenas unas líneas. Los temas elegidos se escurrían, viscosos y huidizos, y reptaban sobre el papel, el agua, engañosa y empapada de silencio, las voces insistentes que resuenan en cerebros perdidos, los cuentos de hadas, crueles por definición, los laberintos mentales en los que perderse, unos ángeles privados de alas y de espíritu, mariposas leves y arañas pacientes, espejos a los que ahogarse`.