Amis, Martin
El escenario del que parte esta novela tiene algo de alegoría: un muchacho pobre, que acaba de ver como su padre asesina a su hermana de siete años, es adoptado por el señor local o rico de la comarca. El hijo de la casa, por supuesto, detesta a este intruso, y el niño adoptado, ya con once años, se siente siempre acomplejado, desplazada y corroído por la necesidad de ser agradecido aunque no tiene ninguna gana de depender de otros. El niño adoptado echa en cierto modo de menos el haber pasado hambre, o haber sido víctima de abusos, o que le hubiesen pegado: así podría odiarles. Pero no hicieron nada de eso, y por eso mismo los odia más aún.