Fonseca, Carlos
Tenía diecisiete años cuando se alistó voluntaria para luchar en el frente de Somosierra en los primeros días de la guerra civil. Las tropas de Franco se disponían a tomar Madrid y miles de jóvenes marcharon a las trincheras para impedirlo. Allí perdió la mano derecha al estallar la bomba que se disponía a lanzar y a punto estuvo de perder también la vida. El poeta Miguel Hernández glosó su valor en un poema y Rosario Sánchez Mora fue desde entonces «Rosario Dinamitera». Su lucha con la 46.ª División de Valentín González, el Campesino, se prolongó hasta el final de la contienda, cuando fue hecha prisionera y encarcelada sucesivamente en las prisiones de Getafe, Ventas, Deusto, Orio y Saturrarán, donde padeció el horror de la posguerra. Carlos Fonseca rescata la historia de esta miliciana, símbolo de todas las mujeres que defendieron la República con las armas en la mano, en un texto riguroso que se lee como una novela.