Castillo Puche, José Luis
Oro Blanco es la epopeya de los pastores vascos emigrados a los Estados Unidos de América del Norte. Nostalgia y espíritu de aventura combaten en el alma de estos hombres contratados para guardar ovejas a muchos cientos de kilómetros de su tierra natal. Cuando el protagonista, Chemari, navarro de Vera de Bidasoa, toca en su armónica melodías de canciones españolas o vascas, cuando se acuerda de la novia que prometió esperarle allá en su tierra, la nostalgia parece quererlo arrebatar. Pero cuando en pie sobre una loma otea los páramos castigados por la sequía, cuando un poderoso impulso le induce a traspasar todas las barreras y conducir el ganado famélico hacia prometedores horizontes de verdes montañas, entonces es el espíritu de aventura el que se impone y manda, como en la época de los descubridores. Sólo que ahora la burocracia extiende su sombra tentacular por todos los ámbitos de la naturaleza y establece implacable sus límites y demarcaciones. He aquí el conflicto. Otro conflicto no menos dramático nace del firme sentimiento del deber que enfrenta al protagonista con el compañero despreocupado, egoísta y poco escrupuloso. Y el amor propio herido. Más que el amor propio: esa conciencia racial, nobiliaria, que hace del hombre vasco un dechado de rectitud, de valor, de austeridad.
Tales son los elementos épicos y humanos que han inspirado a Castillo-Puche este relato sencillo y conmovedor Sin comodines folklóricos ni artificios de lenguaje, ha conseguido una pieza maestra en interés sociológico y en calidad literaria. Con ritmo de melodía pura, el novelista ha sabido presentarnos la vida de esos seres casi de leyenda que son los pastores vascos, quienes, desde ahora, van a ser conocidos y valorados en su verdadera dimensión humana y racial.