Castán, Carlos
Jacobo y el narrador son viejos amigos que se acaban de trasladar a Zaragoza, ambos huyendo de un matrimonio fracasado, incapaces de soportar el peso de sus propias vidas. Mientras se habitúan a su nueva situación, comparten cervezas, libros y veladas cada vez más largas en un desesperado intento de eludir el mundo. Un día, Jacobo empieza a tener miedo, un miedo desmesurado y aparentemente irracional a quedarse solo en casa, que consigue controlar con la compañía de su amigo, hasta que una noche Jacobo aparece apuñalado en su propia casa. El protagonista toma entonces el relevo de su vida, quizás como última posibilidad de huir de la propia, y así conoce a una mujer, Nadia, que se convertirá en su obsesión y junto a la que emprender la frenética investigación del asesinato de su amigo, lo que trastocará definitivamente su propia existencia.