Fresneda, Carlos
Nuestros días son lo más parecido a una carrera de obstáculos. La sociedad de consumo nos impone un estilo de vida que conduce de cabeza al estrés, la depresión y el infarto. El dinero es imprescindible, pero no lo es todo. También hay que tener en cuenta la salud, las relaciones afectivas, la satisfacción en el trabajo, el desarrollo personal. Millones de personas en los países occidentales lo están descubriendo por experiencia propia: se puede mejorar la calidad de vida consumiendo menos, se pueden seguir otras pautas de las que nos imponen a diario la televisión y la publicidad; se puede aspirar al compromiso con la sociedad, a la armonía con la naturaleza, a la tranquilidad de espíritu, al equilibrio emocional… ¡Se puede vivir de una manera más simple y, a la vez, más enriquecedora!