Masaki, Soyuno
Sushi de rata es, además de ese plato que nadie querría probar sin saberlo, una novela con su poquito de wasabi, gengibre y, como proteina, unos personajes que deambulan a trompicones por una Barcelona cosmopolita y sensual, capaces de tropezar con la misma piedra hasta dejarla sin sentido. Performances en antros medievales, fiestucas jet-set, ratas de cuatrocientos kilos, cenas buñuelescas... El número de enclaves cautivadores es interminable, como la gente maja que desfila por ellos y que acompañarán al lector por una montaña rusa llena de curvas y sorpresas que, según pone en la entrada, no entrañan casi riesgo.