González, Javier
A fines de 1992, con una autorización del Ministerio de Interior español; Joaquín Castaneda y su equipo se presentan en un pueblo de la comarca de Levante para recabar información sobre las investigaciones llevadas a cabo por la Guardia Civil, en la desaparición de tres niñas.
Según la documentación que entregan, dicha investigación formará parte de un estudio criminológico que realiza su fundación.
Transcurren más de 70 días de penosa búsqueda, en los que supervisarán los interrogatorios, los rastrillajes, las pesquisas; siendo testigos de la frustración por falta de resultados, y el volver a empezar de los efectivos policiales.
El 27 de enero de 1993, unos agricultores encuentran lo que parece ser una fosa con un cadáver semienterrado. Es la tumba que los asesinos eligieron para las adolescentes...
Las autoridades viven la angustia de encontrar sin vida a quienes buscaban con premura, y en algunos casos, ilusión de hallarlas vivas. La enorme cantidad de pruebas en el escenario del enterramiento y el resultado de las autopsias, desvela que no ha sido un crimen frecuente: amputaciones de dedos y pezón, cruces de Caravaca introducidas en los genitales, estigmas en las manos, quemaduras, extracciones dentales, decapitación; y un sin fin de detalles siniestros que el extenso informe no cesa de narrar.
Es entonces cuando al equipo de Castaneda se le confirma desde las sombras, que éste sí es un caso más, pero de los que ellos suelen investigar. Y es así que comienza su cacería de los responsables. Una cruzada al margen de la ley, donde la Justicia no llega; detrás de los tejidos de las sectas satánicas que integran hombres y mujeres de altas clases sociales. Mientras, la Guardia Civil intenta no ser aplastada por la presión mediática, desarrollando una investigación desesperada.
Castaneda avanza por las mismas sombras que recibe sus órdenes y transitan los asesinos. Como lo ha hecho siempre: haciendo Justicia en la Tierra... Aunque esta vez, puede que ellos terminen siendo presa de su propia cacería.