Cioran, Emil
Publicado por vez primera en 1937, año de su llegada a París, es este el cuarto ensayo de E.M. Cioran, escrito todavía en rumano, y el único por ahora entre los aparecidos en esa lengua que el autor, solo muy recientemente (1986), ha autorizado traducir. Esta circunstancia suma al libro un interés añadido: el que se desprende de la confrontación entre el Cioran actual y el de los años treinta, lo que nos permite descubrir en que medida sus obsesiones y sus pasiones siguen siendo las mismas y que cambios ha producido en el pensamiento del autor el paso de los años. Una pasión mística en un mundo sin Dios. O, en palabras del propio Cioran, «la pasión de lo absoluto en un alma escéptica»: tal es la paradoja existencial sobre la que rondan en permanente asedio los aforismos reunidos en este volumen. Constantemente, la santidad y la mística aparecen en estas paginas como emblemas de una actitud vital situada en las antípodas del hombre moderno, quien ha convertido en sentimiento trágico esa indiferencia hacia el devenir humano a través de la cual santos y místicos se fundieron en la divinidad. El propio Cioran terminaría por deplorar su antiguo fervor por las santas y por la mística, «esa sensualidad trascendente», pero nunca ha abandonado su fascinación por ese atributo de la santidad, las lagrimas, que constituyen dentro de la obra entera de Cioran una «imagen clave», anunciada ya aqui como objeto de una «obsesión profunda y reveladora». Por otra parte —y no podía ser de otro modo— en este libro mas que en ningún otro Cioran explaya su fascinación por España, por su paisaje y por su arte, por su tradición espiritual. «El merito de España», escribe, «ha consistido no solo en haber cultivado lo excesivo y lo insensato, sino también en haber demostrado que el vértigo es el clima normal del hombre que ha suprimido la distancia entre el cielo y la tierra». E.M. Cioran, hijo de un pope ortodoxo, nació en 1911 en Rasinari, Rumanía, Se licencio en 1932 en la facultad de filosofía de Bucarest. Un año después escribió su primer libro, En las cimas de la desesperación. En 1937 obtuvo una beca del Instituto Francés de Bucarest para hacer el doctorado en París, ciudad en la que reside desde entonces. Durante ocho anos siguió escribiendo sin publicar nada. En 1948 renuncio a su nacionalidad y adopto el estatuto de apátrida. Un año después decidió cambiar de lengua y publico en 1949 la versión definitiva de Breviario de podredumbre, considerado como un acontecimiento literario. A partir de entonces publico ocho libros mas, entre los cuales, La tentación de existir, Ensayo sobre el pensamiento reaccionario y otros textos, El aciago demiurgo, Del inconveniente de haber nacido y Desgarradura...