Deschner, Karlheinz
La «alta Edad Media», época que comprende aproximadamente desde el siglo VI al X, es un período de cambios y transformaciones violentas; pero es también un tiempo de componendas o, para decirlo en forma más elegante, de asimilación, de continuidad, un período de decadencia y transición, de vieja herencia y de un nuevo comienzo: en él se dan la constitución de Occidente, de Europa, de Alemania, el entrelazamiento de tradiciones antiguas, cristianas y germánicas, la separación de Bizancio, de la Iglesia oriental, y la llegada del islam. Y no deja de ser importante: es una época en la cual política y religión son inseparables. También cambian las alianzas de los papas con los estados. Pero, como siempre que giran y cambian de dirección en el curso del tiempo, Roma busca de continuo agarrarse al poder más fuerte: Bizancio, los ostrogodos, los longobardos, los francos, y de ellos se aprovecha. Hay quien tiene, sin embargo, una visión distinta por completo. Johannes Scherr, un crítico alemán de la cultura y de la literatura del siglo XIX, a quien todavía hoy vale la pena leer, llega a escribir: «Siempre que el Estado entra en un cambalache del "do ut des" [una política de concesiones recíprocas], será la parte perdedora».