Porter, Jane
En muy poco tiempo, Meg no podría seguir negando la evidencia. Sin embargo, estaba totalmente decidida a guardar su secreto mientras visitaba a sus padres, en California, y terminaba de aceptar el hecho de que iba a ser madre soltera. Pero a Niccolo Dominici, un viejo amigo de la familia dedicado al negocio de los viñedos, no se le podía engañar fácilmente. Al más puro estilo italiano, insistió en que debía cuidar a Meg y del pequeño. Meg sabía que su matrimonio con aquel hombre moreno y guapo no sería solo de conveniencia...