Robeson, Kenneth
Cierta noche de luna se detuvieron cerca del aeropuerto comercial de Nueva York tres camiones de transporte.
Los tres habían marchado sin hacer apenas ruido. Los tres ostentaban la marca de un conocido taller de lavado y planchado de Nueva York.
Sus conductores dirigieron furtivas miradas a uno y otro lado de la carretera y, tranquilizados, sin duda, al no divisar alma viviente, se apearon y miraron en todas direcciones con el oído alerta y los ojos bien abiertos.