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Un muchachote rojizo, con un cuchillo en la mano, se precipita sobre la carroza real. Asesta con brutalidad varios golpes. Un hombre grita: «¡Ay! ¡Estoy herido!» A los pocos instantes, Enrique IV, al que se llamaba el buen rey Henri, dará su último suspiro. Estamos en 1610, a catorce de mayo. Ravaillac, el asesino, será pronto detenido, juzgado, condenado a muerte y ejecutado. Afirmará haber actuado solo; sin embargo, algunos se empeñarán en ver en este atentado la obra de un gran complot. ¿Se puede hablar de maquinación? ¿Ha habido alguien que ha armado el brazo de Ravaillac, después de haber asediado al asesino? Ciertamente, los complots no faltaban en aquella época; de los enemigos del rey, unos tenían motivos religiosos, otros políticos, amorosos o personales. Pero, ¿tuvo necesidad de ser atizado el odio de Ravaillac? ¿Tuvieron su papel en este asunto las recientes guerras de religión y un clima cada vez más en contra del rey en ciertos ambientes católicos? ¿Qué influencia pudieron tener sobre el misticismo desequilibrado de Ravaillac las teorías sobre el tiranicidio lanzadas por algunos religiosos? Al dar la noticia del asesinato a María de Médicis, el canciller Sillery dirá: «En Francia los reyes no mueren.» La regencia de la reina madre durará siete años y terminará con la desaparición de su favorito Concino Concini. Será asesinado por orden de Luis XIII, hijo del buen rey Enrique. * * * El veintiuno de octubre de 1805, la flota franco-española de Napoleón conoce un desastre sin precedentes. Los treinta y tres navíos del almirante Villeneuve, que, bloqueados en el puerto de Cádiz, acaban de ganar alta mar, se enfrentan con las veintisiete naves del almirante inglés Nelson. La batalla es sangrienta. Más de cuatro mil marinos franceses y españoles encuentran la muerte; las bajas entre los ingleses son diez veces menores. Sin embargo, el almirante Nelson, el genial vencedor de Trafalgar, cayó muerto en los comienzos del combate. ¿Cómo explicar esta derrota de la flota napoleónica? ¿Por qué el emperador le dio la orden de ganar la costa? ¿Cuál es el origen profundo de la inferioridad de la flota aniquilada en Trafalgar? La cólera de Napoleón correrá pareja a las dimensiones del desastre. Con todo, en diciembre del mismo año, se dará la batalla de Austerlitz y, con ella, de nuevo la gloria para el emperador. * * * Camarón. Para la legión extranjera este nombre es sinónimo de gloría y valentía. Sin embargo, Camarón es una derrota. Sobre la fosa común de los legionarios se escribirá: «Menos de sesenta se enfrentaron a todo un ejército, cuya masa los aplastó. Estos soldados franceses se vieron abandonados por la vida, más que por el valor, el treinta de abril de 1863.» Los mejicanos no podrán comprender jamás cómo este puñado de legionarios consiguió resistirles durante horas dentro de una hacienda. Cada uno de esos legionarios había jurado «luchar hasta el último extremo» para salvar un importante convoy francés. ¿Se trataba de un suicidio heroico o es que los legionarios esperaban aún la llegada de refuerzos? Esta batalla sin igual de Camarón será uno de los episodios sangrientos de la aventura mexicana de Napoleón III, cuya finalidad era poner sobre el trono al emperador Maximiliano.