Eaton, George L.
El vigía fue el primero en descubrirlo y su clara voz exclamó:
-¡Aeroplano a babor!
El primer oficial del Laconic, el enorme transatlántico que seguía su camino a través de la inmensa llanura del Atlántico, se volvió rápidamente hacia el lugar indicado y pudo ver el pequeño aeroplano.
Resultaba un espectáculo raro ver aquel aparato sobre las aguas grises y revueltas del Atlántico del Norte. Por un momento sus plateadas alas chocaron contra la espuma de una ola y luego desapareció detrás de su cresta.
El primer oficial lo buscó con la mirada, en el momento en que el barco se levantaba sobre una colina de agua salada.
De pronto su rostro manifestó el mayor asombro, porque en el valle formado por las aguas no había ninguna huella de aeroplano. El pequeño aparato había desaparecido por completo