Grant, Maxwell
Una atmósfera de tristeza espectral saturaba la habitación donde Josías Bartram yacía.
Quizá fuese el silencio lo que producía ese ambiente extraño; quizá el aspecto del mismo Bartram. Gracia Bartram sintió la tensión desde el momento en que entró en el dormitorio de su tío.
Josías Bartram era un hombre de edad mediana. Pero esa noche presentaba el aspecto de un viejo. Su cuerpo permanecía inmóvil
debajo de las colchas de la cama.
Su rostro, con los ojos clavados en el techo, se destacaba amarillento contra la blancura de las almohadas. Sus manos, también, aparecían amarillentas, al crisparse lentamente sobre la superficie de la colcha.
No se hallaba solo en el aposento, mas parecía estar por completo inconsciente de la presencia de otras personas.