Vela, Fidel
La presente novela podría considerarse de viajes si no fuera porque se trata de una obra de ficción y los personajes no viajan voluntariamente sino forzados por la naturaleza de su trabajo. En cualquier caso, el territorio por el que circulan los protagonistas de ficción es real, al menos durante la época en que fue contemplado.
El narrador, neutro y distante, pero al mismo tiempo lo suficientemente cercano, se limita a recoger, como una cámara de vídeo con zoom, todo aquello que su mirada y su oído perciben. No interviene ni juzga, solamente muestra. Por lo demás, muy al estilo de los últimos libros del autor, éste no se cuela en el interior de sus personajes para desvelar sus pensamientos ni su sentir; todo ha de intuirse a través de sus actos y sus palabras, como en la vida misma.
El Ruta parte al amanecer de la histórica y monumental ciudad de Sigüenza y concluye su trayecto narrativo a altas horas de la noche del siguiente día en la no menos histórica y monumental ciudad de Alcalá de Henares, habiendo efectuado paradas en todas las estaciones del recorrido. Una novela realista y fascinante, que a nadie puede dejar indiferente.