Russo, Richard
Cuando Sam Hall vuelve de la guerra a Mohawk, la ciudad donde le esperan Jenny, su mujer, y Ned, su hijo recién nacido, sabe muy bien lo que quiere de la vida: beber, ir de putas y apostar a los caballos. Sam abandona mujer e hijo, y durante años Ned les dirá a sus amigos que su padre ha muerto, hasta que un día el imprevisible Sam aparece en la puerta de la escuela y se lo lleva a pasar un día y una noche de pesca y acampada. Como es de suponer, las relaciones entre el padre y la madre de Ned son harto difíciles -cuando regresan de la improvisada excursión, Jenny acribilla a balazos el coche de Sam- y Ned no volverá a ver a su padre durante unos cuantos años. Entretanto, llevará una vida convencional y ordenada que se verá interrumpida cuando su madre, tras una fugacísima aventura sentimental con un sacerdote, no puede soportar la culpa y la existencia en general y cae enferma. Ned, que tiene doce años -la edad de la iniciación a la vida-, se marcha a vivir con su padre a un mundo de bares y salones de billar, de amistades viriles, una vida organizada en torno al sexo y al juego.