Felitta, Frank de
Comienza el crucero por el Caribe en medio de gran regocijo y alegría, pero a los dos días de navegación empiezan a surgir los problemas: se rompe el eje de la hélice y seguidamente se averían las baterías, con lo cual la nave queda sin energía Impulsora y no se pueden conservar los alimentos.
¿Qué está pasando? Porque había empezado como cualquier crucero de placer... Era el final perfecto para un asunto perfecto: catorce dichosos días y noches solos en el sofocante Caribe azul.
Tracey sabía que estaba mal engañar a su marido, pero quería disfrutar de una última aventura erótica, y después no volvería a ver a Phil jamás. En la agradable y discreta compañía del capitán McCracken y su esposa, los dos amantes iniciaron su crucero. Pero lentamente el placer empezó a cambiar. Se asignaron tareas. Las comidas empezaron a escasear.
Había algo diabólico a bordo del Penny Dreadful. Algo sin forma y sin temor. Algo perverso.