Zelazny, Roger
Quince relatos acerca del hombre en el futuro, viviendo en otros mundos, fabricando sirvientes mecánicos, diseñando nuevas formas para su propio cuerpo. Entre ellos hay dos clásicos: «Las puertas de su cara, las lámparas de su boca» (premio Nebula 1965), sobre la pesca en los mares de Venus de la criatura más grande del sistema solar, y «Una rosa para el Eclesiastés», finalista del premio Hugo en 1964 y que Theodore Sturgeon describió en estas palabras: "Una de las obras de arte más hermosamente escritas, hábilmente compuestas y apasionadamente expresadas que hayan aparecido en alguna parte, alguna vez. "Zelazny, al hablar de dioses y de magos, usa palabras mágicas como si él mismo fuera un mago. Entra en el inconsciente e invoca arquetipos que nos ponen los pelos de punta. Pero esos arquetipos se transmutan en un mundo tan creíble -y tan imponente- como el mundo en que vivimos" – Philip José Farmer