Hoyle, Fred
Cuando el físico nuclear británico, doctor Cameron, fue requerido para emitir su opinión sobre un nuevo radiotelescopio patrocinado internacionalmente, no ignoraba que su misión era más política que científica. Pronto iban a producirse en el cielo fenómenos detectables a simple vista. Y las consecuencias de tales fenómenos iban a exigir de Cameron condiciones, no de sabio ni de político, sino de caudillo y hombre de acción.