Putney, Mary Jo
Napoleón ha dejado tras de sí una Europa que se sacude en medio de alianzas y pactos, de conflictos fronterizos, de amenazas de acciones militares. La diplomacia juega un papel importantísimo, y también, tras ella, el mundo oculto del espionaje. Un joven y atrevido conde es el jefe de los servicios secretos ingleses. En su camino tropieza con una mujer, una pieza más del rompecabezas; alguien, aunque él no quiera reconocerlo, que será capaz de despertar las dormidas emociones de su corazón. ¿DONCELLA? ¿TABERNERA? ¡ESPÍA!Kit Travers maldijo en silencio. ¿Quién iba a sospechar que aquel disfraz de doncella despertaría el instinto sexual del desconfiado, intrigante y bastante bebido Roderick Harford? Y ¿quién iba a suponer que sería el mismísimo conde de Strathmore quien evitaría en última instancia la agresión? En el Londres de 1814 proliferaban como pocas veces antes las intrigas y las pequeñas conjuras, y ser espía no era cosa fácil para una mujer de noble cuna. Ella lo sabía, empezaba a comprobarlo en las propias carnes. CON LICENCIA PARA... SEDUCIRDe Lucien, el conde, también llamado Lucifer, las mujeres decían que su hermosura era diabólica; tan atractivo era él como inalcanzable su corazón. Esa cualidad, la de seductor, y la condición de miembro destacado de la nobleza le abrían las puertas de los clubes más restringidos, le permitían confraternizar con conspiradores y delatores, algo realmente útil para su misión: desenmascarar a un temible espía.