Zorrilla, José
Don Juan es un joven de vida más que alegre, jugador, espadachín y mujeriego, tanto que ha llegado a apostar con su "amigo-rival", don Luis, que sería capaz de superarlo en canalladas cometidas durante un año. Llegado el día del fin de la apuesta descubren que han quedado empatados y para resolver la disputa don Luis reta a don Juan a completar la lista con la mujer más difícil de conseguir: una novicia a punto de ser monja. Para herir más a don Luis, don Juan ve la apuesta y la sube añadiendo a la prometida de este, doña Ana de Pantoja.Esa misma noche don Juan consigue entrar con engaños en cada de doña Ana y envía una carta de amor que enciende el tierno e inexperto corazón de doña Inés, una joven novicia cuyo compromiso con don Juan ha sido anulado por el comportamiento libertino del caballero. Fingiendo un incendio don Juan saca a doña Inés del convento y la lleva a su cortijo en las afueras de Sevilla. Allí comienza a conquistarla pero la ternura y sencillez de doña Inés lo cautivan y el cazador resulta cazado. Enamorado de ella, don Juan intenta que el padre de doña Inés lo perdone y le conceda de nuevo su mano, pero la discusión va subiendo de tono, ambos son orgullosos y se cruzan las espadas. El padre de doña Inés resulta muerto y también don Luis que ha llegado reclamando el honor de su prometida; don Juan debe huir dejando a doña Inés sumida en la tristeza y el espanto. Pasados unos años don Juan regresa a Sevilla y visita el cementerio donde están enterradas sus víctimas incluida doña Inés que murió de amor tras su partida. En la lápida de su tumba don Juan descubre que doña Inés hizo también un pacto con Dios, quien, en su divina misericordia, le concede una segunda oportunidad de recuperar por el amor el alma de don Juan. Los muertos cobran vida y bajan de sus tumbas anunciándole a don Juan que la muerte le acecha, él bromea e incluso llega a invitar a aparecerse al Comendador, el padre de doña Inés, quien acude a la cita en un delirio infernal. Don Juan se debate entre el horror y la locura.Suenan en la lejanía campanas de luto, don Juan ha muerto en un duelo, su alma vuelve al cementerio donde lo espera el Comendador para conducirlo al infierno tras una vida llena de crímenes y maldades. Pero del fantasma angelical de doña Inés aparece ofreciéndole a don Juan la redención. El amor de doña Inés renueva el corazón de don Juan, ella es su luz, su bien, la misericordia y la salvación. Don Juan, en el útlimo instante de su plazo, se arrepiente de sus pecados y pide perdón.