Saramago, José( Nobel 1998).
Amanece en Lisboa. En una mañana de mediados del siglo XX, la mirada del novelista se asoma a la ventana de un vecindario. Se anuncia un día no muy diferente de los demás: el zapatero Silvestre, que abre su taller; Adriana, que parte hacia el trabajo mientras en su casa tres mujeres inician otra jornada de costura; Justina, que tiene ante sí un largo día jalonado por las disputas con su brutal marido; la mantenida Lidia; y la española Carmen, sumida en nostalgias...Discretamente, la mirada del novelista va descendiendo y, de repente, deja de ser simple testigo para ver con los ojos de cada uno de los personajes. Capítulo a capítulo, salta de casa en casa, de personaje en personaje, abriéndonos un mundo gobernado por la necesidad, las grandes frustraciones, las pequeñas ilusiones, la nostalgia de tiempos que ni siquiera fueron mejores. Todo cubierto por el silencio tedioso de la dictadura, la música de Beethoven y una pregunta de Pessoa: «¿Deberemos ser todos casados, fútiles, tributables?».Este libro fue escrito hace casi sesenta años. Cuando en 1953, un Saramago de tan sólo 31 años entregó el manuscrito de Claraboya a una editorial, el escritor se quedó sin obtener respuesta alguna. Él lo relata con sus propias palabras: "El libro no sólo no fue publicado sino que tampoco lo volví a ver. Hasta que, cerca de cuarenta años más tarde, recibí una carta en la que me decían que, en una reorganización de sus archivos, habían encontrado el original de Claraboya, pero llegaban tarde". En efecto, debido a la falta de respeto sufrida, Saramago ya no quiso publicar el manuscrito en vida.