James, Henry
Una joven trabaja en una pequeña oficina de correos tomando telegramas en un importante barrio de la ciudad de Londres, lo que le permite escudriñar en la vida y milagros de sus clientes, pertenecientes todos a la alta sociedad. De este modo, ella se siente más cerca de una clase a la que nunca podrá acceder. La oficina pertenece a una tienda de ultramarinos pero ésta permanece separada del negocio por una pantalla transparente, de ahí su impresión de estar confinada en una jaula. Mantiene un noviazgo aburrido y rutinario con un joven que se entretiene haciendo planes futuros que nunca cumple, relación a la que se ha ido acostumbrando y que no le causa la menor angustia. Comparte amistad con una joven viuda que dedica su tiempo en decorar de flores algunos domicilios de alta alcurnia. Es su modo también de sentirse cerca de una clase social a la que sueña adherirse a través de un buen matrimonio. La chica se siente atraída por el Capitán Everard y a través de los telegramas en clave que envía a su amante imagina historias en su mente sobre los asuntos sentimentales de su cliente. Es demasiado lista para enamorarse de él, pero decide ayudarle cuando se ve envuelto en un enredo, sin abandonar nunca su puesto en \"la jaula\" y utilizando oportunamente la condición privilegiada que su trabajo de telegrafista le ofrece.