Valle-Inclán, Ramón María del
Gerifaltes de antaño, última novela de La guerra carlista, se centra en una figura histórica, Don Manuel Santa Cruz, párroco de Hernialde y jefe de guerrilleros carlistas, hombre de abrumadora personalidad, rodeado de leyenda, y cuyo potencial novelesco fue aprovechado por escritores como Baroja y Unamuno. Un personaje tan poderoso que hizo a Valle olvidar su primera visión épica de una empresa colectiva para evocar su gesta individual. Apoyado en el fervor popular que despierta el carlismo en esos mozos valientes, alegres y animosos, gerifaltes que luchan por amor a la causa, el cura Santa Cruz, grandioso y terrible, sacia sus ansias de poder. Junto a él se perfilan otros personajes, como Don Pedro Mendía, Agila o el profético Ronquito, pero el verdadero protagonista será ese sentimiento que excita el texto, pletórico al principio, cansado y temeroso después, que concluirá en un patético final.