Everett, Mark
Mark Oliver Everett, el llamado ‘Kurt Vonnegut’ del rock independiente, líder y cerebro de la banda Eels, es hijo del físico cuántico Hugh Everett, que inventó la teoría de los mundos paralelos y en ellos se perdió cuando E, como también se conoce al autor de este libro, tenía 19 años. Con el cadáver del padre iba a empezar un ciclo de desgracias que culmina en una rara y preciosa autobiografía musical, porque la desgracia siempre dio mejores historias y sobre todo si son de Everett, que se ha puesto a escribir y componer en lugar de, por ejemplo, lanzarse al precipicio. Un libro tan raro como ese apartado «dysfunctional-americana o down lo-fi» que, según alguna enciclopedia y como se explica en el prólogo de este libro, empieza y termina con eso que la cambiante formación de The Eels ha hecho a lo largo de tantos y tan importantes discos. Y precioso, porque es verdad y conmueve incluso al despistado que no sepa quién es este hombre. Y otro tanto hará por la infortunada que no haya escuchado jamás un disco de la banda pero que, felizmente, aún está a tiempo. Chico introvertido y maldito coge el virus de la música (en un familia disfuncional, era normal que a los diez años su disco favorito fuese el terrorífico primero en solitario de Lennon), se muda a Los Angeles, trabaja en lo que toque y, a fuerza de tenacidad y fortuna, consigue firmar su primer contrato. El primero de tantos como obligará la anormalidad de la banda, celebrada por otros elementos atípicos como Tom Waits, Van Morrison y Neil Young. Banda que, según la leyenda, Bush y Cheney intentaron prohibir por nociva.