Arístegui, Pilar de
Toledo, 1528. Tras la trágica muerte de su novio, Micaela se concentra en el trabajo en el taller de su padre, diamantista en la ciudad de Toledo. Pronto la joven destaca en el oficio y adquiere fama, hasta el punto que la emperatriz Isabel la elige comisionada para viajar a Roma y Sicilia, donde deberá estudiar nuevas técnicas de orfebrería. Acompañada por su hermano y un joven militar, Micaela será testigo de acontecimientos sin par, no solamente en el mundo de la joyería, sino en la historia de Occidente.