Paz, Marcela
Papelucho tiene una enfermedad muy choriflái y aunque no tome remedios, no debe ir al colegio ni hacer tareas por un tiempo.
Es “dix-leso” porque, según él, creen que es chistoso cuando habla en serio. Aburrido de no hacer nada, se entretiene cuidando un auto sin bencina que resulta ser robado. La patrulla que lo traslada a la comisaría como sospecho del robo choca y termina, junto al teniente Albornoz, en la Posta Central.
Así comienza la fantástica historia policial en la que Papelucho se involucra al ser rescatado equivocadamente con una banda de ladrones.